Whole kitchen en su propuesta dulce para el mes de Marzo nos invita a preparar un clásico de la gastronomía española, Torrijas. Esta es una de las pocas cosas que me salían especialmente buenas antes de casarme, momento en el cual, como ya os he dicho en alguna otra ocasión, hice las paces con la gastronomía, hasta entonces siempre habíamos tenido una relación amor/odio, de amor porque desde siempre me encanta cocinar, y de odio porque nunca, o casi nunca, me quedaba nada como yo quería! Pero he de reconocer que mis torrijas desde hace bastante tiempo, han sido famosas en mi familia, y llegando este tiempo de cuaresma, era raro que mi abuela o alguna de mis tías no me llamaran para que les prepara tan rico postre! Y este año desde luego, no iba a ser menos!, ya he preparado una primera tanda que ha caído íntegra en la sobremesa de un almuerzo con mis suegros, y me han pedido que por favor haga más para este fin de semana. Así que me veo friendo torrijas entre procesión y procesión, como todos los años!!!
Las torrijas se pueden preparar de diferentes formas, con leche, con vino, rebozadas de azúcar, de canela, de miel, etc, incluso he visto versiones rellenas de crema. Otra variación va en el tipo de pan que se puede usar, el pan es una de mis asignaturas pendientes, nunca he probado a hacerlo yo misma, pero he escuchado muchas veces que el que prueba a hacerse su propio pan , no vuelve a la panadería jamás!, así que me pongo como reto personal, aquí en público, hacer pan en casa, y para el año que viene hacer mis torrijas con pan casero.
De toda esta gran variedad de recetas, yo os voy a presentar las que más gustan en mi casa, y que como ya os he dicho, son todo un triunfo.
INGREDIENTES:
Pan. (He usado un pan preparado para torrijas que se puede comprar en cualquier súper).
1 litro de leche.
100g de azúcar.
La cáscara de un limón.
2 ramitas de canela.
4 huevos.
Aceite de oliva.
Para el rebozado:
Azúcar.
Canela en polvo.
PREPARACIÓN:
Ponemos en un cazo a calentar a fuego lento la leche, cuando ya esté templada, le añadimos el azúcar, la cáscara del limón, procurad que no lleve parte blanca para que no amargue, y las dos ramitas de canela.
En cuanto llegue a ebullición retiramos del fuego, y dejamos templar.
Mientras ponemos en una fuente todas las rebanas de pan que nos entren, y cuando tengamos templado el cazo de leche, las bañamos. Es importante dejar enfriar la leche, para que las rebanadas no se reblandezcan demasiado.
Con cuidado, las vamos pasando por huevo batido, y las freímos en aceite de oliva bien caliente. Al sacarlas, las ponemos sobre papel absorvente para quitar el sobrante de aceite. Repetimos hasta acabar con todo el pan.
Ahora en un plato mezclamos azúcar con canela en polvo, no pongo medidas porque depende de cada uno cómo le guste, pero yo voy mezclando cucharaditas de cada cosa hasta que obtengo un color como de cacao. Y las rebozamos en esta mezcla. Me encanta el olor a canela que se queda en toda la casa después de esta receta!
Feliz Semana Santa!!